Las personas con inteligencia emocional tienen en común estos 4 hábitos que seguramente desconocías

Ser emocionalmente inteligente tiene un impacto benéfico en todos los ámbitos de la vida. ¿Quieres conocer más al respecto? explora a continuación lo que estas personas habitualmente practican.

La inteligencia emocional, también conocida como cociente emocional (EQ, por sus siglas en inglés), es un componente esencial para una vida significativa y plena. Si bien todos tenemos diferentes niveles de la misma, es posible desarrollarla a lo largo de nuestra vida. De igual forma podemos aprender a desarrollar empatía, a sentir las cosas profundamente, a expresar nuestras propias emociones y a prestar atención a las de los demás, lo cual en conjunto forma parte de esta cualidad.

Es por eso que es útil aprender acerca de las personas con EQ excepcionalmente altos, pues esto puede permitirnos comprender mejor los comportamientos y hábitos únicos de estas personas y seguir sus pasos en la medida de lo posible. ¿Crees ser una de estas personas o quieres intentar convertirte en una de ellas? Revisa la guía de los siguientes 15 hábitos que suelen estar en aquellos con una alta inteligencia emocional.

1. Procrastinación estratégica

Las personas emocionalmente inteligentes son capaces de balancear el completar tareas con retrasar un poco el trabajo. Entienden que demorar parcialmente les permite que su lado subconsciente e innovador pueda aportar ideas y soluciones creativas al desafío que enfrentan. No dejan todo para última hora, pero tampoco se apresuran con la primera idea que se les ocurre.

Como indica el psicólogo Adam Grant, «procrastinar te da la oportunidad de considerar enfoques diferentes, aprender de los errores, y luego incorporar esas lecciones en tu producto final«.

2. Evaluación de la incertidumbre y la ambigüedad

Los individuos con alta inteligencia emocional tienen la capacidad de aceptar y convivir con la incertidumbre y la ambigüedad. Muchas interacciones, situaciones y relaciones no están definidas con claridad, por lo que pueden tomar diferentes rumbos, tener éxito o fracasar, y esto no les preocupa.

Quienes tienen un elevado coeficiente emocional pueden coexistir con esa falta de certezas e incluso valorar los matices y riesgos de la vida. No tienen plena seguridad sobre lo que deparará el futuro y cómo enfrentar los desafíos, pero son conscientes en que ese estado de desconocimiento les ayuda a tener mayor sensibilidad y autoconciencia.

3. Lectura no verbal aguda

Las personas con elevada inteligencia emocional suelen tener grandes habilidades para interpretar a los demás. Prestan mucha atención a las señales no verbales y al lenguaje corporal para comprender mejor a las personas y conectar con ellas. También lo hacen para identificar posibles amenazas y determinar si son vistos como amigos o adversarios en situaciones desconocidas.

Esta capacidad puede ser muy útil en sus vidas personales y profesionales, pero puede sorprender o incomodar a otros que perciben cuán intuitivamente captan la realidad subyacente de quienes les rodean. Como los especialistas nos explican, leer a las personas implica comprender a los demás con base en señales, comportamientos y modos de comunicación no verbal, incluso sin una explicación verbal directa.

4. Hacer una pausa antes de reaccionar ante una situación

Identificar a una persona con alta inteligencia emocional puede ser un desafío, ya que no necesariamente exhiben las características externas asociadas a alguien emocional o sensible, y no actúan de forma impulsiva. Por el contrario, suelen tomarse un momento antes de reaccionar o responder ante situaciones cargadas de emociones.

Esto a veces puede hacer que parezcan estoicos o incluso insensibles. Sin embargo, en realidad están evitando reaccionar sin reflexionar o sin considerar sus sentimientos y el significado detrás de estos.

 

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