Mi cita perfecta

El otro día, a 14.900 kilómetros exactos de casa, fui capaz de encontrar el equilibrio conmigo mismo rodeado de camareros amables y perfectamente trajeados, una pareja furiosamente enamorada y un libro de Murakami que había seleccionado artesanalmente para acompañarme. A veces, los remansos de paz pueden diseñarse sintéticamente.  

​El otro día, a 14.900 kilómetros exactos de casa, fui capaz de encontrar el equilibrio conmigo mismo rodeado de camareros amables y perfectamente trajeados, una pareja furiosamente enamorada y un libro de Murakami que había seleccionado artesanalmente para acompañarme. A veces, los remansos de paz pueden diseñarse sintéticamente. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *