Los reyes de Inglaterra no se plegaron a Trump en la cena de gala de Windsor, sino a los visionarios de la IA. No es la mejor de las noticias

El viaje de Trump a Windsor en busca de pompa y circunstancia fue el penúltimo paso antes de un acuerdo comercial de 35.000 millones de euros con la IA como protagonista. Una tecnología que incluso su mayor profeta, Sam Altman, empieza a sospechar que no es buena para la gente o los inversores.  

​El viaje de Trump a Windsor en busca de pompa y circunstancia fue el penúltimo paso antes de un acuerdo comercial de 35.000 millones de euros con la IA como protagonista. Una tecnología que incluso su mayor profeta, Sam Altman, empieza a sospechar que no es buena para la gente o los inversores. 

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